Es momento de hablar de lo que importa, de lo que hace bien y que nunca deberíamos de hacer a un lado. Aunque las circunstancias pueden ser diferentes para cada quién, lo que no cambia es darle valor a los que nos importan, a lo que suma y a todo aquello que nos mantiene bien.
Se suele tomar el cierre de año para la reflexión, es el término de un ciclo calendárico lo que nos hace voltear atrás para hacer un recuento de hechos; de daños y éxitos. Hoy no hablaré de inversiones monetarias, sino de las que importan.
Te invito a realizar un cálculo así a grandes rasgos, de lo siguiente:
- El tiempo invertido en tu familia.
- El tiempo invertido en tus relaciones.
- El tiempo que te tomó pensar en tu alimentación y hacerla sana.
- El tiempo que invertiste para divertirte.
- El tiempo que planificaste tus finanzas.
- El tiempo que pasaste trabajando.
- El tiempo que duraron tus abrazos hacia tus seres queridos.
- Las horas al día que realmente dormiste bien.
- El tiempo que utilizaste para expresar un coraje, enojo o frustración.
- El tiempo que estuviste estresado, ¿qué te preocupaba?
Afortunadamente llegamos a esta época del año, en donde ya nos dimos cuenta de que cada día cuenta, cada decisión, acción o el no hacer nada, puede influir en los resultados. No aplaces las cosas que te hacen bien, no les des menos tiempo.
Dedica el 2025 a brindar más y generar más. Dar más cariño, cuidarte más, disfrutar más… viene un año desafiante, como todos, los imprevistos pueden estar a la vuelta de la esquina y para llegar al próximo diciembre con mayor seguridad que la del día de hoy recuerda: trabajar inteligentemente o “menos” pero percibir lo mismo o más, así cada año invertirás más tiempo en brindar más y generar más, con mayor tiempo para ti y los tuyos.
Estés en donde estés, lo importante es que estés en ti.